Resulta hasta metafórico y simbólico (por no decir sarcástico) el que en un país donde los índices de pobreza bajan cada vez mas, al igual que los del poder adquisitivo, tengan por Secretario de Hacienda a un hombre obeso que nos dice que todo marcha sobre ruedas, que el país crece y que vamnos por el rumbo correcto. Donde si deja de tener gracia el asunto es cuando nos dice con la mano en la cintura (bueno... de hecho no) que estos cambios son pensados en "nuestro bienestar".
¿verguenza?... ¿llenadera?... ¿madre?, ¿le dicen algo esas palabras señor Secretario?
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